La necesidad de un seminario con estas características tiene su justificación en las profundas transformaciones ocurridas en las últimas décadas del siglo pasado debido a la aparición e incorporación de la perspectiva de género, perspectiva incorporada tardíamente dentro del campo de la Historia; las relaciones jerarquizadas entre los géneros son cualitativas a la hora de construir memoria pública. No es que la Historia no se haya ocupado de las mujeres, lo hizo, pero reduciéndolas a la esfera doméstica. Los Historiadores han visto a las mujeres como cooperantes y como sujetos importantes en situaciones de crisis, no obstante, prevaleció una identidad femenina sostenida en la debilidad física, intelectualidad y moral. La consolidación de los modelos de género “tradicionales” no escapó a la Historia.